jueves, 15 de noviembre de 2007

Los rodajes de Raúl Atreides: 2 días dentro del plano existencial más bizarro


Estuve estos dos días en el rodaje de unas escenas del cortometraje de un colega: Raúl Atreides. Su corto se llama
"El Último Hombre Sin Móvil"

El primer día que estuve había que filmar unas tomas de dos presos, cuyos calabozos daban pared con pared. Los 2 reclusos eran el recién encerrado Arturo, el hombre sin móvil que da nombre al corto, y "el último hombre sin televisión", que llevaba recluso desde los años 70.
Resulta que como el actor protagonista, Alan, no había podido acudir al rodaje, sólo hicimos las tomas del otro personaje, que en el guión figuraba como "Montecristo". Su interpretación corrió a cargo de Paco de Dios, también llamado Paco Dios, cuya larga barba encanecida dio verosimilitud al semblante del preso. Años atrás estaba más flaco, pero en fin, se supone que a base de no caminar y de comerse todas las porquerías que le entregasen en la cárcel, habría recuperado su peso.


El único calabozo que teníamos a mano era una sala de aseos masculina de la Asociación de Vecinos, sede de la Asociación Juvenil de Cortometrajes de Orcasitas, y principal lugar de localizaciones interiores. Este baño cumplió bien su función de celda, gracias a sus azulejos y su roña en los rincones. Podría haber quedado cutre, pero la interpretación de Paco Dios dejó satisfecho con el resultado a todo el equipo.
Estoy deseando ver el cortometraje terminado.



Al siguiente día de rodaje:

Cuando llegué a la Sala de Reuniones del Comité de Producción (por no llamarlo "ese áula con ordenadores y juegos de mesa"), Raúl Atreides, el director, estaba casi desnudo de cintura para arriba... estaba arreglando una camisa negra para figurar en el corto como segurata de la prisión de donde el prota escapaba gracias a un "briconsejo" de Montecristo. Como la gorra policial y la porra hecha con un tubo recubierto de cinta adhesiva negra ya los tenía, sólo le faltaba coserse un emblema policial (de norteamérica) en el hombro de la manga. Y para ello necesitaba hilo. Junto con Alan, que este día vino, fuimos los 4 fantásticos por las calles de Orcasitas buscando hilo de un alma caritativa. Como en la casa del padre de Raúl no había nadie, volvimos a la Asociación por la acera del taller de costura y confección.

La primera toma a filmar tuvo lugar en el pasillo de los camerinos:
Atreides, el guardia de seguridad, está distraído diciéndole cosas verdes a una telefonista; Alan, en su papel protagonista de Arturo, le golpeaba con una papelera metálica.
Quiso la casualidad que justo a esa hora todas las madres del barrio cruzasen el pasillo con sus hijas pequeñas para ayudarlas a cambiarse en el camerino del fondo... y luego cruzasen de vuelta para acompañarlas a clase de danza o lo que fuera. Cada vez que aparecía alguien entrando al pasillo o volviendo del camerino de la otra punta, había que interrumpir la toma. Por suerte, tuvimos varias veces paréntesis, y se pudieron hacer tomas muy buenas: cada papelerazo era más espectacular que el anterior. Raúl cayó al suelo todas las veces con el estrépito de los contenidos de su cinto: las llaves de las celdas, la porra... y el teléfono móvil de atrezzo, que se rompió.




La guasa fue que justo cuando terminamos la toma, nadie más volvió a pasar por el pasillo. Después de otra toma desde la perspectiva contraria, en la que se quitó de una pared un cartel navideño de años atrás para que pareciese una cárcel decente, agarramos los bártulos y nos fuimos a grabar lo que sería la última escena del día: la de Arturo encerrado en la celda. Al igual que Paco Dios en su papel de Montecristo, Alan se puso una bata de laboratorio al revés, como si fuese una especie de camisa de fuerza de manicomio, pero con los brazos sin atar... Las propias palabras de Raúl Atreides lo explicarán mejor:

"Te meten en la cárcel
y te ponen una camisa rara."

A pesar de que a última hora llegaron unos amiguetes que se quedaron a curiosear (haciendo que dentro del baño donde grabábamos la secuencia hubiese más espectadores que equipo técnico), y también aunque el baño fuese de mujeres y tuviésemos que salir a la mitad de la escena porque una mujer quería mear, la verdad es que todo aquel proceso fue excelente. Alan hizo una interpretación "que hacía recordar a Dios" (a Paco Dios, se entiende).

Y luego ya no mucho más.
Me gustaría salir en alguno de sus cortos como actor, ya que en mis propios proyectos de momento lo tengo vetado por mi socia......................
Pero eso es otra historia, y deberá ser contada en otro momento.
VP_

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola victor, oye tienes un gran potencial de verdad, tantas cosas interesantes que publicas y eso de los comics es lo tuyo y creeme las cosas van saliendo poco a poco y suerte para la nueva presentacion de la obra..