martes, 28 de junio de 2011

"Actriz para representar se ofrece"

Saskia es de las vanguardistas. Al final de la obra que dirigió este año, todo el reparto desaparecía detrás de las patas y no volvía a entrar para saludar. La música y las luces se iban también, y el público, sentado en cojines en el mismo proscenio, se quedaba medio traspuesto, esperando la hora de los aplausos. Mucha gente no la "entendió", quizá demasiada poesía de repente, pero algunos lo pudimos disfrutar a un nivel emotivo.

La alcaldesa entró en la cabina técnica: "¿Ha acabado ya?" Y para que los asistentes respiraran tranquilos, pidió un aplauso al taller teatral del centro cultural de Alpedrete.

Para el año que viene, todo el mundo quiere una comedia. Miedo me da una comedia vanguardista.

domingo, 26 de junio de 2011

Sentido Rival (Intento de Rap)

Pinzamientos, sentido rival,
locura que me crece raudo para amargar-
me y verme así privado de la lógica entera:
tan sólo el corazón cerrando se recupera.
¡Muere, orgullo! ¡No quiero pensar!
Si eso significa que les pueda odiar.
Que sean para el menda sólo estatuas sin yeso,
sólo cráneos sin seso,
sólo sepan andar.
No quiero que se acerque ese fuego que temo y
me caliente el alma, ya me voy a quemar.
Veremos si en silencio, diluyendo embeleso,
percepciones ya cambian y me puedo acostar:
para que venga venga el vacío que quiero
y que tenga tenga aquella tranquilidad.
Tan sólo no me empujes,
no me violes,
no mejores
en tu eterna escalada a la mediocridad.

El centimoadicto del Zoco de Villalba

En la parada del Zoco de Villalba, un pavo más relleno que yo intentó sacarme los cuartos.
— ¿Sabes qué autobuses pasan ahora? —le pregunté, pensando que me respondería.
— ¿Tío, me puedes dejar unos céntimos para el bus?
— ¿A dónde vas?
— No tengo a nadie, la droga me ha hundido la vida, tío... —ponía caras de pena de las que los verdaderos yonkis nunca ponen por orgullo o dignidad. Surgió el silencio tenso de cuando dos contrincantes tantean sus fuerzas.
— [...] —yo intentaba leer su mente.
— [...] —me rehuía la mirada.
— [...] —batalla de intelectos.
— Y mi hermana ya no me hace caso —prosiguió—. Puta droga...
— ¿A dónde vas?
— A Villalba pueblo. Serían sólo diez céntimos...
— ¿Sabes que no es aquí? Es en la parada de allí, a la vuelta, detrás de esa esquina.
— Sí... No... —te tengo— ¿Puedes dejarme algo de dinero?
Sin más, crucé el paso de cebra, y bajé la calle tarareando y comiéndome un melocotón.

IV Feria del Libro Sierra Oeste de Madrid

Soy procastinante, por eso tardé un poco. Pero aquí está mi impresión de la IV Feria del Libro Sierra Oeste de Madrid. Como todo fue muy bien y sin imprevistos, no obviaré la paja, que en este caso es lo que le dará encanto a la historia.

***

Aunque por la noche me acosté a las 2, desperté a las 8 de la mañana tan fresco como cuando Peter Griffin tenía banda sonora propia.

A las 10:30 salí de Príncipe Pío a Navas del Rey. Unos adolescentes hiperactivos se aburrían y cantaban en el autobús:
— Marta ha robado pan en la casa de San Juan.
— ¿Quién, yo?
— Sí, tú.
— Yo no fui.
— Entonces ¿quién?
— El conductor del autobús.
— El conductor se ha hecho pis en el saco de dormir.
Uno de ellos dijo, "¿te imaginas que responde por megafonía?" Hubiera sido algo así:
¿Quién, yo?
— Si, tú.
Yo no fui.
— Entonces ¿quién?
¡Los que como no se callen les voy a echar en marcha del autobús!
— Los que como no nos callemos nos van a echar en maAAAAAAAAAAAAAAR...

Una vez en Navas, di una vuelta a ver si me topaba con la Feria, pero nada; menos mal que los de la clase de sevillanas del centro cultural (con sus graciosos sombreritos) me indicaron dónde. Era la calle que había pasado de largo.

La Feria era en la plaza del ayuntamiento. Menos mal, necesitaba ir al baño.

Visité casi todas las mesas de autores excepto la de Ángeles Martínez Martínez, porque decoró toda la mesa con cestas de caramelitos. Pensé: "Si me acerco, me ofrecerá un caramelo, pero realmente su plan oculto es venderme sus dos libros. No he traído dinero suficiente, pero ¿con qué cara la miraré el día de mañana? ¿Y si me los quisiera vender a plazos y de repente apareciera el fantasma de mi abuelo paterno y me dijera que los hombres de honor cumplen sus compromisos morales? No, ese caramelo me saldría demasiado caro. Mejor no efectuar contacto visual con esta autora." Así que ya ves, no era nada personal, quizá es que en otra vida fui el último pez pescado de una piscifactoría.

Tampoco me acerqué a la de Javier Fernández Jiménez, porque entre que le oigo cada dos por tres en la radio y el pobre era organizador del evento, como que lo vas dejando para luego, para luego, y al final no te firma "La Tierra Seca". Y mira que está emocionante. En fin, ya no le podré preguntar si en dicho libro el Sol sería un hombre negro como los demás, o podemos imaginarnos a Don Patch.

Con quien sí me enrollé a hablar fue con Juan Gálvez, autor de "Madrid, campo de exterminio". Un hombre mayor con un gran dolor en el corazón. Aguantando las lágrimas, me habló tanto de la carencia de calidez de su pasado, que cuando luego se fue sin avisar, yo podría haber seguido atendiendo posibles compradores de su libro.
Bueno, luego vino una. Y la espanté. Pero yo la publicidad la hago.

Me hice amigo de Rocío Ordóñez (autora de "Días de Hielo y Fuego"), porque los dos estamos desde hace un año en la lista de autores de la radionovela Malditos. Ella me presentó a Xavier de Tusalle, editor de LápizCero. Vi las actuaciones y presentaciones de sus distintos miembros: Guillermo Escribano, el de los "porqueriemas" (porquería + poemas); Antonio Alfeca, payasísimo poeta sevillano que le hizo de compadre cómico; su novia la rockera Malicia Cool (¿cómo que "Sois todos tontos"? ¡A que me enfado!); María José Hernández, de microrrelatos, un poco como yo; Francisco Angulo, que me dio un marcapáginas (yeah); Rosa Galán, que creo que no firmaba pero yo tampoco y bien que estaba con ellos; el poeta Ignacio F. Candela, que estuvimos todo el rato al lado, y al final si nos presentamos fue gracias a facebook; Nagore Martín... y Gafas de Picha, que se convirtió en la mascota honorífica cuando Rocío me invitó a comer con el grupo en un mesón cercano. Como colofón, en su día quería conocer a Chus Cuesta, y al final ha sido ella quien me ha conocido a mí.

Algo más tarde, Rocío Ordóñez me invitó (¡ya me ha adoptado!) a sentarme junto a ella, en el sitio de Juan Gálvez. Me sentí en plenitud detrás de aquella mesa despiezable, como si fuera un paso natural el estar en una propia el año que viene o al otro. El día me parecía de un rítmo y clima perfectos, a pesar de hacer un solitrón que ríete del Sáhara.

Me perdí el programa de Castillos en el Aire, pero hablaron de mí. Tomo nota para bajármelo y escuchar repetidamente los segundos en que soy mencionado.

Gracias a estar tras aquella mesa, hice contacto con una directora teatral de la sierra oeste, que quizá cuente conmigo para su lorquiano proyecto:
— ¿Tú te desnudarías? —me preguntó así de sopetón, pero concretó— O sea, quedar en tanguita...
— Si es en teatro, sí... —querido Víctor, soy tu otro yo del futuro. Eres un bocazas.

Megan Maxwell
(de romántica) y Noelia Amarillo (de erótica) presentaron sus libros y respondieron preguntas de doble sentido. Vamos, de sexo. También estaba Vicente Ponce López, el que menos se lo había preparado y mejor se las apañó con el público (¡Eh, no os vayáis!).

También hubo una asamblea popular de versos y estuve en muchas nuevas mesas, como en la de la editorial Amargord, cuyo responsable me recomendó el título poético "Tokonoma", del cubano José Kozer. Pero como además de procastinador, soy indolente, vago, y ya está amaneciendo, os paso un enlace del blog del evento y ya si eso miráis:

http://ferianavas.blogspot.com/2011/06/quien-viene-este-ano-la-feria.html

Al final de la jornada, un poco antes del ágape de despedida, recibieron premios dos personalidades invitadas: Joan Manuel Gisbert (me dio la mano de un modo más clown de lo que suelo darla yo. ¡Aún!) y Carmen Pacheco (que cuando me va a dar los dos besos, soy tan tonto de interrumpirla preguntándole si escribe a mano o directamente a ordenador).

Tomé el autobús a Madrid de las 22:25, el último.

Y por si te has aburrido, a continuación la anécdota final que no tiene nada que ver, pero que curiosamente enlaza con el prólogo:

[Como es en sí mismo un microrrelato, lo pongo en una entrada aparte]
http://victorpintado.blogspot.com/2011/06/el-centimoadicto-del-zoco-de-villalba.html

viernes, 10 de junio de 2011

Jodorowsky la lía parda en el Cine Doré

Alejandro Jodorowsky dio un coloquio en la Filmoteca de Madrid tras proyectarse su largometraje "The Holy Mountain (La Montaña Sagrada)". Yo estaba encantadísimo porque leí su libro La Danza de la Realidad y lo flipé en chiribitas. Pero entre el público estuve rodeado de personas que se indignaron ante la actitud de la película y la propia personalidad del tipo. Se quedaban con los brazos cruzados y el maxilar inferior en tensión, esperando a ver qué soltaba para replicar con un ¡hum!

Muchas manos se levantaron para preguntarle cosas a las que Jodorowsky dio la vuelta (paradójicamente) de forma acertada. Podía parecer que a veces se burlaba de su público, pero al salir de la sala puedes pensar en frío del todo y darte cuenta de que sólo se ríe de sus egos, a ver si despierta lo otro.

Un joven mencionó que no soportaba la violencia. OjoDOro respondió: "¿Sabes por qué no soportas la violencia? Porque eres violento. Antes leyendo las citas del libro nos querías ametrallar a todos leyendo tan deprisa." Esto, leído así sin contexto, parece que le está haciendo delante de todos una de esas "corbatas" de Colombia, de abrir el cráneo y cagar dentro. Pero escuchándole en vivo, con atención, puedes llegar a darte cuenta de que en ningún momento hay saña, ni más intentos de quedar por encima de los demás que el normal que corresponde a quien lleva un coloquio de director. Al comentario de "porque eres violento", una antigua tarotista que se me sentaba cerca susurró: "¡Eso no se puede decir en público!" Esto es porque (supongo que será cierto) si alguien te echa el tarot y descubre algo sobre tu pasado que puede hacer que te pongas en guardia, no lo mencionará para no interrumpir el flujo del proceso.

Parece que a Jodorowsky no le importa que te sientas mal con sus opiniones. Probablemente sea su objetivo esencial: no el joderte, sino el removerte por dentro hasta que sepas POR QUÉ te sientes así. Como cuando una pestaña se te cae en el ojo y no puedes abrirlo hasta que haces un montón de muecas y tonterías aparentes frente al espejo.

A una chica que se balanceaba mientras le hacía una pregunta, le dijo así por las buenas que si se balanceaba estaba loca, y se puso a imitar sus vaivenes hasta que la chica se fue indignada. Aunque la chica demostrase a posteriori ser una niña pequeña mentalmente, dudo que conviniera que la tratase como tal. No al menos delante de todo el aforo del Cine Doré. ¡Es que lo vas buscando!

En conclusión (¿tengo que dar una conclusión para terminar el artículo?): el tipo me sigue cayendo muy bien, pero no me extraña que los obcecados le quieran pegar.


PD:
Y bueno, al día siguiente presentaba su último libro en la Casa de América. En la entrada que da a la Cibeles me dijeron: "Tira todo a la derecha hasta dar con la entrada opuesta". Al llegar, la fila ya era interminable. Acabé en la otra punta de la manzana. Vamos, que el guardia de seguridad/conserje me hubiera hecho un favor diciéndome: "Unos metros a la izquierda." Al menos pasé casi una hora de interesante y estimulante charla con una psicóloga, una antigua actriz de doblaje y criaturas varias del Señor. Pero como debido al aforo limitado no pude entrar, no haré ninguna entrada llamada "Jodorowsky la lía parda en la Casa de América".