miércoles, 29 de febrero de 2012

Microrrelato: San Simón de Rojas

San Simón de Rojas

¡A papá se le ocurrió una locura! Durante estas vacaciones, en lugar de hacer dos grandes cenas de Navidad, nos llevó a comer todos los días a un restaurante temático que hay al otro lado de Móstoles.

En estas fechas donde todos se visten de gala, el San Simón de Rojas permite que sus clientes se vistan tan cómodos como les apetezca. Vi a algunos tan comodones, que venían hechos unos pordioseros. Los únicos que vestían un poco elegantes eran algunos camareros, que debían ser estudiantes de intercambio porque tenían acento americano. Hasta llevaban una chapita negra con su nombre. Y me hacía gracia, porque las tenían repes, todos se llamaban o Brother o Sister. Serían medio pobres. Para que no hubiera quejas ni esperas, el menú siempre era una sorpresa. Me encantaba, porque en otros sitios más lujosos nunca había visto aquellas caras de ilusión al ver venir la olla.

Esta semana, mi padre volvió a llevarnos a un restaurante caro porque había conseguido un nuevo trabajo. ¿Le habían despedido? ¡Y nosotros comiendo fuera todos los días! En fin, nada que ver con el San Simón. Nos tuvieron esperando media hora y nada más era una hojita con salsa.


Escúchalo dramatizado por Noelia de Luis:
http://audioraccoon.com/audios/ficha/san-simon-de-rojas-microrrelato-de-victor-pintado/856

martes, 28 de febrero de 2012

Microrrelato: Móstoles, la ciudad que siempre duerme


Erase una vez un gran hospital que decidió inaugurar su sección de Maternidad invitando a varias hadas. Estas hadas eran muy generosas y obsequiaron con sus dones a todos los niños que allí nacieran durante un mes. Sin embargo, enfurecida porque no fue invitada, otra hada rencorosa maldijo a todos esos niños. Proclamó que de mayores se harían un pequeño corte en un dedo y morirían. Por fortuna, una de las hadas buenas era una tardona y aún no había entregado su don, por lo que atenuó el maleficio: no morirían, pero caerían presas de un profundo sueño, del que sólo les despertaría un beso de amor.

Quiso el destino que con el tiempo, todos estos niños nacidos en el mes de inauguración se fueran a vivir a la villa de Móstoles, que posteriormente sería conocida como el mejor ejemplo de ciudad dormitorio. Allí, el hada maligna repartió propaganda de un döner kebab que había abierto en Alcorcón, y que estaba teniendo bastante éxito por lo demás. Todos los mostoleños se cortaron con el flyer y cayeron dormidos.

Un apuesto príncipe que cabalgaba por allí, decidió pasar de largo.

Víctor Pintado

Microrrelato Ganador del Concurso
de Microrrelatos Mostoleños
de Castillos en el Aire:
http://castillosenelaire21.blogspot.com/2012/02/microrrelatos-mostolenos.html

Microrrelato: Me gusta escribir

Me gusta escribir porque si después de fallecer me hago famoso y subastan uno de mis actuales manuscritos, lo compra un coleccionista privado, lo hereda su nieto, lo recibe su sobrino, lo tira al contenedor de papel, lo reconoce un trabajador de la planta de reciclaje, lo revende, acaba en un museo, lo olvidan en los sótanos, lo tira un encargado de la limpieza, y lo recoge un vagabundo, podrá usarlo para encender una hoguera y pasar una noche muy calentita.

Microrrelato: Un trozo de papel

Dulce ilusión la que experimenté. Caminaba por la vía pecuaria, esa que se supone que debe permanecer virgen e inedificada pero la han llenado de pasamanos, bordillos y papeleras, cuando lo vi. Un arrugado trozo de papel, casi fuera del camino, a la sombra del muro de granito. Sin luchar contra la tentación, lo agarré y leí:

PIZZAS
TOMATES
HARINA

Y otras palabras que mi alma no me permite rememorar. Culpable hasta la médula, guardé el papelucho en mi bolsillo. Sabía que con aquel acto egoísta, estaba privando de su cena a una familia entera que seguramente habría perdido el papelito pocos minutos antes. Podía imaginar a una pobre mujer (rumana seguramente), buscando el escrito, rastreando a gatas todo el camino, reteniendo sus lágrimas ante la mirada del gentío curioso. No. Ya era tarde. Mis pies continuaron su marcha inmisericorde.
¿Cómo imaginar que unas horas más tarde, yo mismo iba a extraviar aquel importante documento? La vida es cruel. Y yo, que pensaba que cenaría pizzas y otros manjares, me veo una noche más, abocado sin remedio, a tener que conformarme con un frugal faisán, apenas aderezado con unos pocos gramos de caviar de importación.

domingo, 26 de febrero de 2012

LápizCero Ediciones: presentación/coloquio en Villalba

Normalmente, en la sala multiusos de la biblioteca pública Miguel Hernández (Collado Villalba) colocan la mesa en plan altar, al fondo pero paralelo con la pared. Los de LápizCero la colocaron de un modo mucho más estimulante: en diagonal contra un rincón. Además así el público se pudo sentar más a lo ancho y ninguna cabeza tapó a la de atrás. Puede que esta presentación siente precedente. Probando los microfonos y los altavoces, sonaron CHIRRIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIDOS. El conserje ¡y la concejala! trajeron más sillas azules por todo el aforo imprevisto. A la entrada, una mesa esperaba llena de títulos de la editorial, por autor, forma y color.

Fueron pasando y presentando sus títulos varios autores, así como recitando fragmentos significativos para ellos.

Momentos destacados:

“No olviden abrir la ventana del conocimiento
al moscardón que llevan todos ustedes dentro.” (Guillermo Escribano)

“...Destiñe el pésame de las palabras...” (Puri Martins)

La locutora de la COPE saliendo «voluntaria» a recitar un poema sobre la lujuria.

“Éste también es un poco fuerte.” (Malicia Cool)

“Lo escribí antes de la crisis; ya estaba, pero nadie la quería ver.” (Savio Ramogar)

Cuando recitaban poemas, eran acompañados por un músico que tocaba evocadores acordes con su piano electrónico.

El editor, Xavier Tusalle, hizo una presentación superbonita de un poeta, Antonio Alfeca... pero estaba en el baño. Unos segundos después, apareció por la puerta. Aprovechando entre que se sentaba y agarraba el libro para leer, yo me soné la nariz (dichosa calefacción invernal hipercompensatoria). Me soné tan fuerte que me salió sangre de la nariz y me tuve que ir al baño. Justo el baño de la planta baja estaba bloqueado por la señora de la limpieza (que siempre limpia en horas de estudio y los usuarios tenemos casi que levantar los pies cuando friega), así que tuve que subir las escaleras hacia los aseos del primer piso. Por suerte, regresé a tiempo de ver a Alfeca cantando una parodia de «Oh Sole Mio»: “Ooh sueeeeeeeeldo míiiiiioooooo”. Tiene voz para la zarzuela. Estaba a medio metro del micrófono y se oía como lo mejor que puedas imaginar.

Cuando presentaron al último autor, unas seis personas se fueron. Espero que fuera por hacérseles tarde, si no, pobre Angulo.

A última hora, el editor sacó un trozo de papel alargado y dijo:
«Me pasan una nota: “Marta quiere leer un poema”.»
Entonces salió con un folio una niña muy mona y recitó sus versos infantiles acompañada al piano y todo, mientras una sonrisa tierna invadía los corazones de todos los asistentes. Así acabó el evento. Se vendió más de un libro y le di las gracias a la concejala y a la ayudante de dirección de la biblioteca (aunque yo había ido sólo como “familiar”), pues gracias a su apoyo este encuentro se había hecho realidad.

Luego fuimos a una cantina y el ruido me agobió, por lo que departí lo justo y me departí.

sábado, 25 de febrero de 2012

Malditos: Acto XV

Capítulo para la radionovela de creación colectiva "Malditos",
del programa literario "Castillos en el Aire" (Radio 21):

http://castillosenelaire21.blogspot.com/search/label/Malditos


NARRADOR
Delante de la puerta del laboratorio, el enorme perro dormía.

SILVIA
[Susurrando]
Javier... ¡el perro!

JAVIER
¡Tranquila, Silvia! ¿No recuerdas a Pukky, nuestra mascota de una dimensión paralela?
¡¡Pukky, ¿qué tal, granuja?!!

NARRADOR
El animal despertó con gesto furioso. De un solo movimiento, se levantó, y gruñó como al más odiado de los intrusos.

SILVIA
[Nerviosa]
Me parece que Pukky no se acuerda de nosotros...

JAVIER
[Muy nervioso]
A lo mejor tienes razón...
Por si acaso, vamos a caminar leeeentameeeentee hacia atráaaas,
¡¡y meternos en esta otra sala!!


*Ruido de portazo brusco.*
*Ruido de ladridos feroces. Se van atenuando*


SILVIA
[Asustada]
¡¡¿¿Este perro no se había vuelto manso??!!

JAVIER
¡Sí, pero sólo delante de nuestros alter egos!
Supongo que sólo nos queda esperar a que se vaya a comer o algo, y entonces podremos entrar al laboratorio.

SILVIA
Parece que por lo menos ya se ha calmado.

JAVIER
Parece... Espero que nos dé tiempo.
Antes de que llegue el salto temporal, necesitamos los autoinyectables del laboratorio. Si no, aunque lleguemos a la claraboya, puede que acabemos perdiendo nuestra memoria.

SILVIA
[Reflexiva]
Me pregunto cuántas veces habremos estado en esta sala, haciéndonos estas mismas preguntas...

JAVIER
[Determinado]
¡Sólo habrá una vez!
Tenemos que ir a la sala seis de la dimensión ocho.

SILVIA
Por cierto, sobre las palabras que había donde despertamos...

JAVIER
¿Sí?

SILVIA
Dijiste que «ocho-seis» significaba «dimensión ocho - habitación seis». Sin embargo, en la puerta de la habitación de la claraboya ponía en números romanos «Cinco-Siete». Me acuerdo porque el siete es mi número de la suerte.
Lo que digo es que a lo mejor estamos en un quinto piso, y que en realidad tendríamos que entrar a la habitación sexta, no de una octava dimensión, ¡sino del piso ocho!


*Ruido de ladridos furiosos otra vez. Se atenúan*


JAVIER
Ahora que lo dices, es posible.
Pero mientras no se vaya esta bestia, es sólo una teoría.
Si no se va pronto, la energía cronal llegará a su clímax y daremos otro de esos dichosos saltos...
No podremos comprobar lo que dices, excepto en la siguiente dimensión.

SILVIA
[Desesperada]
¡Ese perro parece salido del infierno!
¿Quién le llamaría Pukky?


NARRADOR
Una serie de cortos fogonazos empezaron a deslumbrar la estancia. Rezando porque el perro se hubiera ido, se arriesgaron a abrir la puerta para correr al laboratorio. Pero el pomo, y todo en la habitación, se desvaneció como en una fotografía sobreexpuesta.
Antes de reaparecer en la siguiente dimensión, Silvia pudo vislumbrar un recuerdo:


*Ruido de coche deportivo aparcando*


JAVIER DEL PASADO
¿Qué hay, Silvia?
¡Menudo descapotable!

SILVIA DEL PASADO
[Coqueta]
Sí, y mira qué cachorrito traigo.
¡Ay mi Pukky-cuky-currucuky!

JAVIER DEL PASADO
Ahora es muy gracioso, pero luego cuando crezca va a ser un mastodonte.

SILVIA DEL PASADO
Por eso no quiero encariñarme mucho con él. Es para tus experimentos...

JAVIER DEL PASADO
Jejejeje. Siempre me traes todo lo que necesito.

jueves, 23 de febrero de 2012

"La Depuradora del Destino"


Bromo y Sum creyeron imposible haber recorrido tantos metros desde su idílico Loranca. Rodearon un círculo de chabolas. Les persiguió Goyo el gitano. Cruzaron Móstoles de punta a punta. Todo por culpa de la última voluntad del tío de Bromo: que arrojaran su reloj de titanio a la depuradora cercana a Sevilla la Nueva (también llamada Mordor). Y también por culpa de la huelga de autobuses.

Desde la plataforma sobre las pestilentes aguas, Bromo sólo debía aflojar sus dedos.
—Señor Bromo, ¡arrójelo!
—¡Este reloj es mío! ¡Mi herencia!
—¡Pero mire ahí!

Bromo recapacitó al contemplar el dantesco espectáculo. Parque Coimbra estaba infestado de domingueros sacando fiambreras descoloridas. Tortillas sin cebolla. Alaridos de “cuanto más alto más gracioso”. Mocos sonados sin pañuelo. Lonchas de embutido con esas cintas de plástico de alrededor sin quitar. Botellas con Coca Cola de un color sospechoso. Mujeres gordísimas que nunca llevaban mallas pero ese día sí.

Bromo arrojó su tesoro al desagüe de la depuradora, que en un par de horas reventó y barrió aquel horror execrable con peores horrores execrables.

—¡Por eso el tío compró la gestión del parque de Fuenlabrada!
—Señor Bromo, ¿cree usted que harán canciones sobre nosotros?
—Calla, Sumnormal.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Elefandro, el elefante afro

—A ver si me he enterado —dijo el agotado juez—. ¿Dice que "Tintín en el Congo" es un libro que merece ser prohibido por incitar al odio... especial?
—¡Sí, Su Señoría, el protagonista sale matando a un elefante para quedarse con su marfil! —dijo Elefandro, el elefante afro—. Los estereotipos de los humanos negros me dan igual, ¡pero Tintín apoya el odio entre especies!
—Aha... el odio especial.
—¡Sí! —exclamó con un barrito.
—Señor Elefandro, ¿es usted el mismo individuo que la semana pasada intentó demandar a los herederos de Tolkien porque en "El Señor de los Anillos" deletreaban mal "elefante"?
—Ya que saca el tema, ¡así es! Esos especistas merecen un castigo acorde a su crimen.
—No sé si es consciente de que usted es el único elefante del mundo que no sólo habla, sino que además tiene la inteligencia suficiente como para llevar un peinado afro y que no le importen las miradas.
—En realidad son extensiones, pero gracias, jejeje.
—Me refiero a que... Diossss —el juez se quitó las gafas un momento para masajearse los párpados.
—¡Ha mentado a Dios en vano! —clamó el paquidermo. Le demandó por blasfemo, y por vez primera, ganó.

lunes, 13 de febrero de 2012

IX Premio Minotauro

¿Cómo fue la celebración del IX Premio Minotauro en mi imaginación? Sumerjámonos en el psicoflashcopio: