jueves, 30 de octubre de 2008

Poema de homenaje

Y con esto, un punto y seguido.


I griega, me enseñas tantas cosas,
directa, indirectamente,
me ayudas a querer seguir creciendo,
aunque duela,
aunque me atenace el corazón,
pero no me rindo en ello.

Seguir creciendo es lo único que puedo hacer,
aunque duela,
aunque parezca que mi crisálida vaya a rasgarme los órganos al salir,
aunque viva junto a un bote de fumigación.

Debería ser el novio de mí mismo,
en lugar de buscar doncellas a quien ofrendar mis hazañas.
Y así esas hazañas serían para mí,
y darían fuerza a mis piernas
para cumplir mi sueño:
caminar horizontes.

Víctor Pintado
29 octubre 2008

3 comentarios:

Anónimo dijo...

En serio,no pensaba comentar nada, pero algo me decía que debía comentar para decirte que no te digo ni palabra referente a esto.
Vaya rayada, Vitín.

Átropos.

Víctor Pintado dijo...

Ahora tienes celos, ruterfordia?

Anónimo dijo...

No me referia al contenido, "querido", me refería al continente.
Mejor no sigo y no te contesto como debería porque soy una persona muy educada y agradable (y humilde que no se te olvide), y porque además no quiero llevarme mal contigo; no por mi, sabes, si no por ti que luego no tienes Benvolio a quien llorarle, Romeo.

Y hoy firmo como tres, porque me apetece,

Láquesis, Cloto y Átropos.