- Gracias por venir conmigo afuera, necesitaba fresquillo, me estaba ahogando dentro...
- No tiene importancia, Teo - me respondió Onipse.
- Estos jardínes me recuerdan a los de la boda de una tia-abuela mía. Resulta que se casó hace 50 años. Luego hace 25 se volvió a casar con el mismo hombre, y hace poco otra vez más, en el mismo sitio. Pero estos jardines están mejor cuidados, donde va a parar...
- Ahá...
- Sí...
Le di un abrazo, ya habíamos pasado mucho tiempo comunicándonos sólo por correo como para andar hablando ahora sobre bodas de plata y oro de una tía-abuela.
- Gracias por invitarme. - dije al separarnos.
- Gracias tú por venir, que si no te arrastro de las orejas no te dignas...
Reí, y me senté sobre un adorno al lado de una fuente. Luego me di cuenta de que en realidad era una planta, y con el trasero mojado me fui con ella a curiosear un poco más por los jardines.
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