lunes, 26 de septiembre de 2011

Onision en español 2: Me engañó con otra

Segundo vídeo de Onision doblado al español, en colaboración con DoblajesSV.
Yo he traducido y adaptado gran parte de los diálogos.
Gracias a este trabajo, tendremos contrato. :P



JESS - María Cebrián
GREG - Jorge Cabanes
OPERADORA - Marián Jerez

domingo, 25 de septiembre de 2011

Yo enamoro mejor por escrito.

La Princesa Floja

Érase una vez una joven princesa que era muy perezosa.
Un día se echó la siesta y no despertaba.
Desde muchos puntos del reino vinieron príncipes azules, verdes y hasta morados a besarla, pero ninguno logró que se despertara.
Tan sólo gruñía, y se giraba a un lado para seguir durmiendo.
Finalmente, los reyes tuvieron un nuevo bebé, un varón que heredaría el trono.
Para festejarlo, hicieron unas celebraciones a las que estaban invitados todos los súbditos.
Se prepararon chocolatadas, flanes, huevos con chistorra...
La princesa despertó, se limpió la baba con la manga derecha y preguntó:
¿Qué hay de meriendar?

lunes, 19 de septiembre de 2011

Onision en español

El colega Jorge Cabanes de DoblajesSV me pidió ayuda con la traducción y adaptación de este vídeo. A partir de ahora, continuaremos con el doblaje oficial en español de Onision:

MANSLUT HOTEL

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Sueño: Desnudo en el jardín nocturno / Vaso de cristal

Estaba de misión nocturna y me entraba hambre. Avanzando a través del bosque etéreo accedía al jardín de mi anciana amiga A. B., que en la vida real tiene el chalet vallado. Me quitaba toda la ropa para poder entrar, para poder ver la puerta de la cocina al jardín abierta, y la luz encendida. No dudé en hacerlo, lo que me sugiere que era capaz de moverme a través de las distancias por el bosque etéreo, pero que para entrar en un confinamiento cerrado por la voluntad de una persona, debía despojarme de toda sustancia no sutil. Empezaba a mirar qué podría comer, cuando escuché un ruido: A. B. se acercaba. Por muy fantasmal que yo fuera, tenía la seguridad de que ella podría verme así, desnudo. Corrí al exterior, dándome tiempo tan solo a sentarme agazapado contra el depósito de agua detrás de las sábanas tendidas. Ella no salía, pero yo permanecía quieto, porque sabía que había advertido mi presencia. Apareció un policía y un par más de rastreadores, que entraron en la cocina un instante y, buscándome, pasaron por delante de mí dos veces. Si me quedaba quieto, nadie me podía ver. Se marcharon. Yo también, cogí mi ropa tirada al fondo del jardín y volví al bosque etéreo.

Una teleserie policíaca.
Éramos un grupo de detectives que en cada capítulo buscaba un vaso de cristal que un ladrón escondía. En éste, acorralábamos al ladrón en su cubículo, mirando su mesa de objetos reunidos. ¿Dónde está el vaso? Tacháaan, la cámara se marcaba de repente un plano cenital: ¡toda la habitación era el vaso!

Reseña literaria: "XXI" (Francisco Miguel Espinosa) - Ediciones B

Es como una miniserie de televisión de las que estrenan a la vez en todo el mundo, y que a cada capítulo hay más barbarie y degeneración que el anterior. El inicio presenta a dos personajes muy interesantes, Luis y Amelia, cuya larga travesía apocalíptica les hace pasar por un Madrid devastado. Nunca el Museo del Prado recibió tan pocas visitas. Todo se vuelve sangrientamente espectacular, pero para mi gusto, a partir de la historia de Nate y sus pasatiempos de evasión, ya es como... sí, vale, entiendo, es un infierno, te creo. Así que por mucho que me interesaran al principio los personajes de Fox y la tía de "curvas delicadas y pechos generosamente grandes" que va con el negro alto y musculoso, tanto fanservice pudo conmigo y dejé el libro. Tiene puntos buenos (las velas anónimas, el lobo del desierto, los conos derretidos), pero en general transmite tanta energía negativa que bajé del tren de la bruja en la página 131 de 211. Me reservo el final para otra ocasión en la que sí que me apetezca filete crudo.

No obstante, Amelia se merece una ilustración para ella solita. ¡Tres hurras por esta joya de personaje!

lunes, 5 de septiembre de 2011

"La prueba ya ha empezado", dijo la Esfinge

Un grupo de teatro amateur retornaba a los ensayos tras el verano y abrían sus puertas a nuevos miembros. Fui a ver qué tal se lo montaban por si me interesaba unirme o no.

El director me saludó efusivamente y me contó un poco por encima la dinámica del grupo. La cuota era algo más de lo que me podía permitir en ese momento, pero ya que estaba, me quedaría a ver el percal. Al fin y al cabo, si me acababa gustando de verdad, se convertiría en el estímulo definitivo para hallar un empleo, y así poder estar ahí. Se me presentaron un par de personas más, todas muy agradables, y subí escaleras arriba. En el piso superior, el director me abordó de nuevo, y comenzó el infierno. Me tanteó con preguntas. Preguntas completamente normales sobre mis experiencias y expectativas, aunque en ese momento me pillaron bastante en frío. No era uno de mis días espontáneos. De camino a la sala de ensayos, fui respondiendo como pude, porque tampoco quería entretener demasiado al dire; siempre he creído que en un ensayo, las charlas para después. Se me acercaba mucho. Deseaba alejarme unos centímetros para no ver tan grande su rostro, pero se me acercaba otra vez. No es que me diera asco, sino que debía forzar la vista para enfocarle adecuadamente la cara y eso me desconcentraba aún más. El pasillo, realmente corto, se estaba haciendo interminable. En algún punto de la conversación parece que me creyó un mentiroso, porque preguntó de nuevo si había hecho teatro antes. Mi cara inexpresiva le ejercía el influjo de una falsa prueba. Intentaba avanzar poco a poco al salón, pero él se me detenía casi delante. Me hablaba como si no tuviera ni idea. Me hacía sentir como en un juicio en el que no existe la presunción de inocencia.
— Sinceramente, es que no te veo dentro del grupo. Me parece como que pones un muro entre tú y yo, y el teatro es de contacto.
Parecía tener la extraña idea de que para interpretar personajes alegres y vivarachos tienes que comportarte como un fumador de crack las 24 horas. Traté de ser diplomático, pero cuanto mejor transformaba mis verdaderos pensamientos en palabras, menos me entendía. Yo lo que quería era, tras una hora de viaje y un rato esperando al sol, entrar a la sala con los demás, sentarme, embeberme del ambiente, y luego ya lo que sea. Pero era como cuando te dejas las llaves dentro de casa: no podía estar emocionado porque aún no sabía si me interesaba de verdad estar con ellos. Si hubiera sido un trabajo fijo, quizá me habría tomado cuatro cafés cargados para verme agitado. La gente suele creerse eso de que agitado es lo contrario de deprimido.

Me acompañó abajo, a la puerta. Como tardaba en abrir el cerrojo, tuve tiempo de recurrir a la "analogía Máximo Pradera":
— Esta situación es como si me dices: tienes dos minutos para dibujar una casa; y a los diez segundos me dices que ya.
— ¿Sabes qué? Te voy a dar una segunda oportunidad. —¿Y ahora sí? ¿Pero esto qué es?
Vio que no subía disparado tarareando Abba con apasionada determinación, y volvió a la carga.
— ¿Ves? Si es que no te veo seguro.
Joder, ¿cómo voy a sentirme seguro si tengo que montarte una escena para cruzar un pasillo de tres metros?

Al final entré porque también llegó un amigo.

Ya despidiéndonos, no había ningún rencor con el director, incluso me regaló un "ya sabes donde estamos". Pero vamos, la de singulares personalidades que se habrá perdido el grupo por la Esfinge de la puerta. Hace años me hubiera caído mal este hombre, pero con el tiempo estoy aceptando que no todo el mundo utiliza la misma lógica que yo, y que lo que para mí es algo de cajón y perfectamente natural, para otro puede ser una irregularidad, un fallo en matrix, una amenaza a su estabilidad mental. Y viceversa.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Sueño: Señales en la gasolinera galáctica / Tristán e Isolda

En un salón de actos universitario, un científico encanecido exponía un vídeo documental.
Mientras la cámara se alejaba a gran velocidad de la Tierra y dejaba atrás el Sistema Solar en un CGI apabullante, la locución de una voz corporativa masculina explicaba:
"En la antigüedad, había un dios extraterrestre que usaba nuestro planeta como prostíbulo. Pero un día dejó de venir. Quizá fuera a hacerle una entrevista a algún monstruo galáctico amigo suyo, que viviera en la otra punta del universo conocido... "
Un par de exploradores viajaba hasta la última gasolinera de la galaxia, desde donde uno (yo) intentaba sintonizar con una radio frecuencias que confirmaran la teoría del vídeo. Al principio era todo estática, pero al rato recibió un programa de entretenimiento matinal. El gasolinero quedó tranquilo, ¡misión cumplida!.


También soñaba que el Barón Ashler (Ashura) de Mazinger Z tenía dos nombres: Tristán para la parte masculina e Isolda para la femenina.
Al despertar pensé que mi inconsciente lo había inventado, pero lo consulté y realmente se llaman así. Una explicación racionalista: quizá lo leería hace meses en el manga, porque en lo que he visto del anime jamás se mencionan esos nombres.

EDITO: Nah, al final es que lo había leído en FB de reojo.