miércoles, 16 de marzo de 2011

Poesía: El Curso

Soledad,
de quien poco escribe
por aceptar más deberes.

Deseo
cumplido,
aquí estás al fin:
ya podrías haber venido
por las mañanas,
que ahora me capas las tardes.

Al menos los findes
se vienen de euforia,
y rica experiencia al final quedará.

Amigos, amigas, a-roce-derechos,
ponedme la vida delante de mí.
Mi fe se ha cumplido y mi entrega se colma,
y esta es mi horma, ¿quejarme?, ¿de qué?
De vicio, excusas, las quejas se duermen
y sólo me queda llorar por Japón.

Es una lata el estudiar
todos los días te tienes que
bajar a Madrid con el abono transporte.
No tengo más tiempo
a por ahí explorar,
o eso o faltar, tampoco es cuestión.

La visión de mi mundo
se llena de gafitas.
Gafitas ricas, gafitas maduras,
y duran, y dura;
funciona la fe.

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