No quería haber entrado, pero acudí.
El largo pasillo estaba lleno de sangre y gente muriendo. Cuanto más se mantuviera el rítmo de muertes, más atraerían la atención de espíritus malignos. La gente estaba loca. Me alejaba para salir del pasillo, y un portón se cerraba detrás de mí. En las compuertas aparecía un gran cero de color rojo sangre.
Abría otra puerta y al otro lado había un cadáver deforme y pútrido de una mujer que intentó entrar a ver la parte donde estaba. Del susto, cerré al instante. Cuando me hice a la idea de lo que había al otro lado, supe reunir valor y volver a abrir para pasar.
Me defendía con un pañuelo para el cuello, paralizando a los "zombies" dándoles en la cabeza. Sin darme cuenta, paralicé al zombie de una chica que conocía de antes. No sabía cómo salir de allí. Pensaba: "sacrificaría todas estas vidas moribundas para que [otra persona que conocía pero no vi] y yo pudiéramos escapar."
No había salida, y el sueño acabó.
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