miércoles, 15 de febrero de 2012

Elefandro, el elefante afro

—A ver si me he enterado —dijo el agotado juez—. ¿Dice que "Tintín en el Congo" es un libro que merece ser prohibido por incitar al odio... especial?
—¡Sí, Su Señoría, el protagonista sale matando a un elefante para quedarse con su marfil! —dijo Elefandro, el elefante afro—. Los estereotipos de los humanos negros me dan igual, ¡pero Tintín apoya el odio entre especies!
—Aha... el odio especial.
—¡Sí! —exclamó con un barrito.
—Señor Elefandro, ¿es usted el mismo individuo que la semana pasada intentó demandar a los herederos de Tolkien porque en "El Señor de los Anillos" deletreaban mal "elefante"?
—Ya que saca el tema, ¡así es! Esos especistas merecen un castigo acorde a su crimen.
—No sé si es consciente de que usted es el único elefante del mundo que no sólo habla, sino que además tiene la inteligencia suficiente como para llevar un peinado afro y que no le importen las miradas.
—En realidad son extensiones, pero gracias, jejeje.
—Me refiero a que... Diossss —el juez se quitó las gafas un momento para masajearse los párpados.
—¡Ha mentado a Dios en vano! —clamó el paquidermo. Le demandó por blasfemo, y por vez primera, ganó.

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