sábado, 27 de octubre de 2012

La Educación Prohibida (Germán Doin, Argentina, 2012)

Estaba en 5º de EGB. Tocaba Tutoría. Es decir, leer callados y quietos como muertos mientras la profesora aprovechaba los tres cuartos de hora para corregir exámenes. Yo quise aprovecharlos para hacer un cómic utilizando fotos de una revista (TelePrograma). La profesora me dijo amenazante que dejase de hacer tonterías, abrió un armario y me sacó un libro: "Apareció en mi ventana", de Alfredo Gómez Cerdá.
—Éste ya lo he leído —le dije sin pretensiones, tan sólo afirmando un hecho.
—¿Ah, sí? —replicó chulesca— A ver, ¿de qué va? ¡Y no vale leer la contraportada!
Le conté el libro de pe a pa. Sin saber cómo reaccionar, volvió al armario a por otro libro. Que por supuesto no me dio tiempo a terminar y tampoco me lo podía llevar; pero era leer medio libro o ponerse contra la pared.

Es un ejemplo personal de por qué he agradecido ver el documental "La Educación Prohibida" en la iniciativa La Biblioteca Proyecta de Collado Villalba. Al final de la proyección (versión acortada) se hizo un debate.

TRAILER


Además de la alegoría de la caverna de Platón, el documental ilustra el cuento de un jardinero que ansiaba tanto ver crecer sus plantas que tiraba de sus tallos pensando que con eso las ayudaba a desarrollarse. Pero morían. El ser humano nace con pasión por aprender, no hay que añadir ni intervenir en nada más que en cuidar que esa pasión no decaiga. Los bosques mejor conservados son los vírgenes. Tomando estas mismas imágenes, yo añadiría otra alegoría más, de cosecha propia:

Desde siempre hay un incendio en el bosque. A los niños se les entrega un leño para que "puedan defenderse". Pero el leño es tan pesado (e inútil, pues las fieras han huído) que sólo puede ser arrojado... y alimenta el fuego.
Ese incendio sólo existe mientras se le siga alimentando con maderos. Dejar de dárselos a los niños no implica que queden indefensos, sino que en el futuro ya no exista ese fuego tan amenazador. Un interés creado, artificial, innecesario y molesto. Quizá en su día ese incendio sirvió para alejar las manadas de lobos, pero ¡ya no hay lobos! Los leños ya no nos sirven a nosotros, sino al fuego.

Una de esas personas que entienden las cosas al revés dijo que tanta libertad es perniciosa, y que si no se guía a los niños para que aprendan las cosas bien, "cualquier cosa puede pasar".
—Precisamente, ¡cualquier cosa puede pasar! —repliqué yo, para remarcar que la misma moneda tenía dos caras, que lo imprevisto que pudiera surgir sería, lo más probablemente, más positivo. Al menos mejor que la mecánica actual de fábrica de morcillas.

En fin, es cierto que como en toda película, el documental tiene momentos pastelosos, pero ante todo es inspirador. Aunque sólo fuera, por el modo en que fue financiado, gracias al apoyo colectivo de 704 coproductores.


WEB OFICIAL


Este documental se distribuye con licencia copyleft. Puedes verla por internet gratis, descargarla, proyectarla donde quieras... ¡Aquí mismo, ¿por qué no?!


1 comentario:

Amando García Nuño dijo...

No soy maestro, no recuerdo casi cuando fui alumno, pero sospecho que educación y escuela sólo tienen en común la "e" inicial. Gracias por el documental.