martes, 18 de mayo de 2010

Sueño: Wyoming Chimpancé Avatar

El Gran Wyoming presentaba un programa de humor en unos salones de celebraciones con mesas redondas y manteles de colores suaves. Daba paso a publicidad, pero antes de irse por una salida sin puerta, se quedaba bastantes segundos mirando fijamente a cámara, inexpresivo. Como si sintiera tristeza por decir los chistes que le habían escrito.

Salía, y entonces entraba el enano más pequeño de España. Iba maquillado teatralmente como un chimpancé, vestía un esmoquin y llevaba un organillo. Mientras le daba a la manivela, cantaba una canción triste y evocadora. Con todas las mesas que había, cantó detrás de la de Manuel Galiana, que iba maquillado completamente de azul, como un extraterrestre de Avatar.



Curiosamente, por la tarde, mientras volvía en tren de Madrid, iba leyendo "El viajero del siglo" (Andrés Neuman) y el protagonista charlaba con un amigo sobre un organillo y su historia. Llegando a mi parada, oí unos leves ronquidos a mi lado: la conciencia de una mujer parecía estar "en su avatar". Se habían reunido en la vigilia la mitad de los elementos del sueño: yo, "sosteniendo" un organillo entre mis manos, y al lado el avatar (aunque era ella la que "cantaba"). Por eso lo tomé como una señal de que debía despertarla, por si acaso se pasaba de su estación. Al final no era su parada, pero en fin, no podía irme sin actuar en aquel momento preciso.

1 comentario:

Guida Simão dijo...

Parabens, gostei de teu espaço.
Boa continuação.
Margarida