Para escucharlo leído por mí:
http://audioracoon.com/audios/ficha/el-chico-relampagueante/489
Ilustración en:
http://victorpintado.deviantart.com/art/El-Chico-Relampagueante-198428954
EL CHICO RELAMPAGUEANTE
En vez de poder acelerar mi percepción y moverme en un plano en el que un segundo equivale a un minuto, hubiera preferido tener superoído o superfuerza. Así no habría despertado colgando de un arnés en la presa, atado a una bomba de relojería. Seguro que fue el Doctor Estronguer, tan rebuscado él. Y eso que ni debe tener el doctorado. La cuenta atrás marca tres minutos y siete segundos. Como acto reflejo, ralentizo el tiempo para contar con tres horas y siete minutos. Quizá sea suficiente para idear una solución.
Tres horas después, estoy igual y sólo me quedan siete minutos: no encontré salvación posible. Estoy tentado de regresar al tiempo normal para no alargar esta tortura. Sólo siete segundos. Eso no es nada. Pero... no quiero morir todavía. Podría hacer un esfuerzo final: multiplicar mis poderes y convertir estos siete minutos, ¡no, seis!, estos seis minutos en al menos tres horas más. Pero, ¿y si me desmayo y la explosión me desgarra lentamente? Prefiero que me mate al instante. Vamos allá. Vamos. A la una, a las dos... a las dos... ¡Ánimo, Carlos, que no te llamen “El Chico Relampagueante” por nada!
¡Ya!
Cinco, cuatro, tres, dos...
¡Maldito “Desactivador Alado”! ¿Por qué los superhéroes siempre llegan en el último segundo?
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